Se debe perseguir tener características únicas (y por ende ser el primero así sea en una categoría nueva) en la mente del usuario sin necesidad de ser el mejor [1 ley del liderazgo, 2 ley de la categoría, 3 ley de la mente, 4 ley de la percepción]. De esta manera habrá familiaridad y relación con alguna necesidad que resultará como un deseo del usuario tomando la forma del producto [4 ley de la percepción]. Esto se logra relacionando el producto con una palabra que evoque una situación o característica (atributo) que resuelva la necesidad [5 Ley de la concentración, 14 ley de los atributos]. Esta palabra no puede ser compartida entre dos productos competidores, porque se estaría promoviendo una marca ya existente y no se penetraría en la mente de ningún cliente potencial [6 ley de la exclusividad].Para plantear la estrategia, se debe partir del puesto que se ocupa en la escalera de recordación que tiene el usuario [7 Ley de la escalera]. Usualmente hay dos competidores que poseen la mayoría del mercado [8 Ley de la dualidad]. Si se tiene el segundo lugar, la estrategia consiste en determinar la fortaleza del competidor, y diferenciarse por algún atributo o uso que se dé al producto [9 ley de lo opuesto, 5 ley de la concentración, 14 ley de los atributos]. Un producto con ciertas características suele generar necesidades diferentes, lo cual lleva a que la categoría en la que se encuentra se divida satisfaciendo dos o más necesidades diferentes [10 ley de la división].
En algunas ocasiones, puede admitirse algo negativo, con la finalidad de afianzar un atributo del producto [14 ley de los atributos, 15 ley de la sinceridad].
Los efectos más significativos se logran implementando una sola estrategia [16 ley de la singularidad]. Los efectos de una estrategia buena, basada en el análisis del mercado (tendencias) y en la permanencia en la identidad del producto tienen efectos duraderos [11 ley de la perspectiva], mientras que las estrategias que se salen de esto (como la extensión de línea, realizar estrategias sin pensar en el mercado meta, cambiar sin necesidad o actuar por caprichos), producen pérdidas a mediano o largo plazo debido a la pérdida de la identidad de la marca [12 ley de extensión de línea, 13 ley del sacrificio, 21 ley de la aceleración].
No se debe actuar dependiendo de la reacción del competidor puesto que esta es incierta, se deben plantear estrategias a largo plazo que permitan ser flexible para sortear los cambios del mercado [17 ley de lo impredecible].
Haber tenido éxito o haber fracasado no es razón para dejar de pensar en la implementación correcta de una estrategia. Si se tiene éxito, se debe renunciar a la arrogancia (y de esta manera se evita el fracaso) y si se fracasa se debe actuar rápidamente para recuperarse en lugar de no reconocerlo [18 ley del éxito, 19 ley del fracaso]. El éxito no depende de que tanto se invierta, o de la cantidad de publicidad que se haga, sino de que se implemente la estrategia correcta [20 ley de la nota sensacionalista], sin embargo, si es necesario invertir recursos para poder llevar a cabo el posicionamiento de la marca o cualquier otra estrategia que se tenga en mente [22 la ley de los recursos].

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